En la permeable frontera seca que existe entre la Argentina y Bolivia, agentes especializados de la Dirección General de Aduanas-AFIP desarticularon un intento de contrabando de cocaína que viajaba oculta en un micro de larga distancia y a través de un escaneo de la unidad.
El descubrimiento ocurrió durante un control vehicular en el Paso Fronterizo Internacional Salvador Mazza-Yacuiba, luego de que un control no intrusivo revelara imágenes sospechosas en el baño de un ómnibus de larga distancia, proveniente del país vecino.
El procedimiento comenzó cuando un vehículo de dominio boliviano se presentó en el área de transporte de cargas y de pasajeros para ingresar a la Argentina. El vehículo procedente de Cochabamba —ciudad que se encuentra alrededor de 1000 km de Salvador Mazza— fue sometido a escaneo y, en ese momento, los operadores del equipo de rayos-X de la Aduana distinguieron imágenes anómalas para ese tipo de colectivos, en la zona del baño.
En ese marco, procedieron a la revisión exhaustiva del espacio en presencia de dos testigos: con un destornillador, retiraron una tapa del lavamanos y, escondidos en su interior, constataron la presencia de 2 bultos rectangulares envueltos en cinta negra.
Los ladrillos contenían un polvo blanco que, sometido al narcotest de campo con el reactivo específico de cocaína, arrojó resultado positivo. El pesaje de los paquetes dio un resultado de 10,200 kg, por lo cual su valor se estima en $141.678.000.
La Aduana comunicó la novedad a la Fiscalía Federal de Tartagal e intervino el auxiliar fiscal Luis Martín Aguilera, quien ordenó el secuestro de la totalidad de la droga y la detención de los choferes del colectivo en carácter de incomunicados.
Luego, el desarmado del repositorio de toallas de papel detectó 7 bultos más, de iguales características.